jueves, 23 de octubre de 2014

Correr para vivir de Lopez Lomong

Existen muchos tipos de libros con objetivos muy diferentes. Podemos encontrar libros educativos, novelas donde su única finalidad es entretener o manuales que tratan de ayudarnos a ser felices. Correr para vivir encaja dentro de los libros con mensaje. Se trata de una historia de esperanza, de valores solidarios y donde el culto al trabajo y al esfuerzo suponen una forma de vida.

Y lo mejor de todo, es que se trata de una historia real.

Lopez Lomong nació en Sudán del sur y no tuvo infancia. Una maldita guerra se la robó como a miles y miles de niños africanos como él. Pero Lomong es una de esas personas especiales, nacidas para hacer algo grande y con esfuerzo, mucho trabajo y la ayuda de buena gente pasó de vivir en un campo de refugiados en Kenia donde comía una vez al día restos de basura a representar a Estados Unidos en unos Juegos Olímpicos siendo esponsorizado por Nike.

La historia arranca cuando el protagonista cuenta con 6 añitos cuando los soldados rebeldes de Sudán lo secuestran como al resto de niños de su pueblo para adiestrarlos como "niños soldado". Lopepe -como recuerde que le llamaban sus padres- nos cuenta en primera persona estos acontecimientos y como consigue escapar para acabar en Kakuma, un campo de refugiados en Kenia.

La dura vida que padece durante estos años y la ingenuidad con que la vive es realmente sorprendente. A pesar de ser una historia dramática, Lopez Lomong consigue que el lector la viva con casi más ternura que pena. Tras unos largos y complicados años en este campo y de convivir con la miseria y la muerte como unos compañeros más es acogido por una familia de Siracusa (Nueva York).

Sus primeras vivencias en "el paraíso americano" son realmente muy cómicas para personas como nosotras acostumbrados a cosas tan sencillas y normales como usar zapatillas de deporte o ducharnos a diario. Sin duda, es en estos años cuando el libro gana en intensidad e interés para los más aficionados al atletismo.

Lopez Lomong inicia su andadura en un equipo de cross y donde consigue cumplir el sueño que tiene desde que de niño vió a Michael Johnson ganar un oro olímpico para Estados Unidos: convertirse en deportista de élite y representar a este país en unos juegos olímpicos.

La historia de este sudanés, nacionalizado americano, es toda una lección de valores. Y, realmente, esto es lo que el lector que se adentre en el libro debe esperar. La calidad narrativa del libro puede ser más o menos cuestionable pero el hecho de ser muy fácil de leer por el sencillo lenguaje que se utiliza y los tremendos valores que transmite lo convierten en un libro de recomendable lectura.

Sin duda, este libro es una lección de vida. Yo lo recomendaría tanto a aficionados al deporte (especialmente atletismo) como a cualquier persona que solo quiera entretenerse unas pocas horas conociendo una diferente perspectiva de la vida a la que hemos podido tener cualquiera de nosotros. Merece la pena.

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