lunes, 29 de diciembre de 2014

El Umbral de la Eternidad de Ken Follet

La Caída de los Gigantes, El Invierno del Mundo y ahora, El Umbral de la Eternidad. Los tres títulos que componen El Siglo (The Century), una trilogía de Ken Follet que, antes de comenzar a leer el primero de los volúmenes me parecía excesivamente pretenciosa que ahora simplemente me parece una lectura obligatoria.



Apenas he leído la primera parte de El Umbral de la Eternidad pero es uno de esos libros que en cada página trasmite que estas ante algo grande. Muy grande.

Cuando acabe de leer la novela le dedicaré un post completo tratando de analizar y dejar mi opinión sobre el mismo pero no he podido evitar escribir este pequeño comentario a modo de avanzadilla.

En esta ocasión, Follet nos traslada a la época de la Guerra Fría contándonos la vida de los protagonistas entre los años 1961 y 1989 y haciendo un retrato genial de esta época. La gente que ya haya leído La Caída de los Gigantes (ambientado en la I Guerra Mundial) y el Invierno del Mundo (II Guerra Mundial) se puede hacer una idea de cómo el autor nos traslada a esta época y nos introduce de lleno en sus acontecimientos desde diferentes puntos de vista representados por distintas familias que viven en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Polonia y Rusia. Los puntos más calientes en esos días.

Como he dicho, con este post solo quiero animar a la gente a que se acerque a esta enorme trilogía si es que aún existe algún humano en el planeta Tierra que no la conozca.

En los próximos días/semanas me dedicaré a disfrutar de este El Umbral de la Eternidad y en breve, dejaré por aquí mis impresiones.

jueves, 18 de diciembre de 2014

¿Cuál ha sido el último libro que has abandonado sin acabarlo?

Soy un lector constante y testarudo. Cuando empiezo un libro, lo acabo. Me siento mal si dejo una lectura a mitad aunque no me esté gustando. Me parece que abandonar un libro a mitad es una falta de respeto enorme a quien se molestó en escribirlo.

Esta era mi máxima. Sí, dije era. ¿Qué ha cambiado para dejar de creer en esta idea? 

Pues muy sencillo: el tiempo. Uno se hace mayor y gana en responsabilidades de manera proporcional a la que pierde tiempo libre. Esto es así, más responsabilidades, menos tiempo. Una vez aceptas esta ley de vida, es obligatorio aprender a ser selectivo con los hobbys: cuando algo no te gusta, lo dejas y empiezas otra cosa. Estoy plenamente convencido de que esta es la postura más inteligente. Existen demasiados libros buenos como para perder mi poco tiempo de ocio en una historia que no va conmigo ni con mi estilo.

Y, lo siento por Walter Graziano y su Hitler ganó la guerra porque ha sido uno de los primeros libros en los que he aplicado mi nueva perspectiva.

Cuando este libro llegó a mi eReader pensé que sería otra cosa. La sinopsis está clara: el autor, un economista argentino, cuenta esa parte de la historia que no quieren que sepamos. La idea me parece muy atractiva, siempre me ha interesado conocer qué hay de verdad en las noticias de los informativos de televisión, periódicos, radios...y qué hay de política de empresa e interés ocultos. Pero esta bonita idea me llevó a toparme de lleno con un libro escrito en un lenguaje espeso, con demasiados tecnicismos y hasta donde pude leer, terriblemente aburrido.

No dudo que con el paso de las páginas, Graziano llegue a tratar temas que me puedan interesar y enganchar pero el inicio del libro donde se tratan teorías económicas globales me ha parecido demasiado aburrido. No sé si por el estilo del autor, si por el lenguaje...pero el caso es que no ha conseguido ganarse mi atención. Y como dispongo de poco tiempo y muchos libros por leer allá por la página 3ypico mi paciencia llegó a su límite y decidí cortar por lo sano.

El hecho de que el libro se publicara en 2004 también ha influido en esta decisión. En los últimos 10 años han pasado en el mundo muchas cosas importantes a las que, evidemente, no hay alusión alguna.

Además, para evitar tentaciones y volver  a reanudarla lectura, lo borré de la memoria de mi dispositivo. No vaya a ser que ahora alguien traté de contarme las bondades del libro y lo interesante que se pone...Creo que volver a retomarlo sería un grave error ya que lo haría condicionado por los malos recuerdos y con demasiados prejuicios.

Así que, mi respuesta a la pregunta que planteo en el título de este post es: Hitler ganó la guerra de Walter Graziano. Y, en tu caso ¿cuál es el último libro que se ha atragangado y no has conseguido acabar?

viernes, 5 de diciembre de 2014

El profesor de John Katzenbach

John Katzenbach es un escritor que me despierta sentimientos muy encontrados. Por un lado, como persona me cae muy bien. Le he visto y leido en algunas entrevistas y, simplemente, me parece agradable. Como escritor...bueno, tiene una cara buena (muy buena) y otra mala.


Tal vez, la buena pueda más y tiene más buenos libros que malas historias. De ahí su fama. Pero no creo que El profesor se pueda encontrar entre lo más destacado en su curriculum. A pesar de que, el propio Katzenbach haya declarado alguna vez que este es su mejor libro. Me gustaría conocer el contexto de estas declaraciones. Puede que coincidieran con alguna promoción del mismo o alguna reedición. Vete a saber. Lo que está claro es que, en mi opinión, este thriller dista mucho de ser lo mejor que ha escrito este autor.

El thriller es uno de mis géneros favorito. Soy capaz de leer cualquier cosa y me gustan casi todos lo géneros pero el thriller y el terror son mis géneros recurrentes así que cuando este libro cayó en mis manos me hizo mucha ilusión. Bueno, no quiero empezar con mentiras. Este libro me lo regalaron en formato digital así que no cayó en mis manos en el sentido más literal.

Pero vamos a lo importante...El profesor.

Sinopsis/Resumen:

Una chica de 16 años es raptada por una pareja de psicópatas... la encierran en un sótano, la torturan, la maltratan, y no contentos con esto lo retransmiten todo por Internet. Un viejo profesor de Psicología ya jubilado parece ser su única vía de escape...
Este viejo profesor sufre una enfermedad degenerativa por lo que le queda poco tiempo de vida. Algo a lo que se suma que no tiene familia (vive atormentado por la muerte de su mujer e hijo) por lo que decide acabar sus días tratando de ayudar a la joven. Como se puede ver, el autor se propuso poner unos tintes de dramatismo a la historia más que evidentes y no trata de disimularlo en ningún momento.

La trama gira en torno la investigación de la desaparición de esta chica en un mundo oscuro de pornografía infantil y cintas snuff. La chica es secuestrada y torturada por un par de degenerados que transmiten sus actos en directo a través de Internet. 

El caso es que la idea inicial no está mal, sin ser un dechado de originalidad: un anciano en sus últimos días de vida, una chica secuestrada y en peligro de muerte...el problema es el desarrollo de los acontecimientos y la falta de interés que despiertan en el lector.

Katzenbach toca muy por encima todos estos oscuros temas pero no profundiza en ninguno ni se muestra especialmente crudo en sus detalles. Seguro que muchos lectores agradecerán que el autor no sea especialmente detallista al hablar de pornografía infantil o torturas pero esto deja la impresión de que no llegamos a conocer realmente por qué pasan las cosas, qué motivaciones mueven a los personajes ni qué hay de verdad en este asunto. El oscuro mundo de las cintas snuff podría haber sido un tema mucho mejor exprimido.

Pero lo que menos me gusta del libro es la personalidad de los personajes. No me creo para nada el papel del profesor. Es más, me parece un protagonista totalmente gris y falto de carisma. Sus largas y tediosas conversaciones con sus familiares muertos no aportan  nada a la historia y lo único que consiguen es desviar la atención de lo importante y ralentizar en exceso el desarrollo de los acontecimientos. Solo me parece salvable, la personalidad de la joven Jennifer, la chica secuestrada. El escritor sí refleja en ella reacciones bastante realistas y coherentes con la situación tan dramática a la que la empujan sus secuestradores.

La detective de policía a la que asignan el caso acaba por ser otro personaje muy desaprovechado y sus apariciones no son más que de relleno.

Dada la alta estima en la que tenía (y sigo teniendo) a Katzenbach creo que lo mejor que puedo hacer es olvidarme rapidamente de este El profesor y centrarme en otra lectura y otra historia lo antes posible. Es más, si alguien me pide opinión y me dice que si le recomendaría este libro no dudaría ni un segundo en hablarle de las bondades y la gran historia que nos regala Katzenbach...en El Psicoanalista.